La majoria dels estudiants del sistema públic universitari del País Valencià, el 53,7%, reben totes les classes en castellà i, en canvi, només un 1,8% estudien íntegrament en català. La Universitat de València (UV) és la universitat que ofereix més oportunitats en aquest sentit, encara que no sobrepassa un trist 3,8%.
Aquestes són les dades més destacades d'un estudi realitzat a partir de 5.000 entrevistes a membres de les cinc universitats públiques valencianes i que ahir es va presentar a l'Acadèmia Valenciana de la Llengua amb la presència de quatre dels cinc rectors d'aquestes institucions acadèmiques. Hi va faltar el rector de l'única universitat pública valenciana amb un model docent monolingüe en castellà, la Universitat Miguel Hernández d'Elx, i en lloc seu hi va acudir el vicerector d'Estudiants, Fernando Borràs.
A la Jaume I de Castelló (UJI), a diferència de la d'Elx, un 26% de l'alumnat rep l'ensenyament exclusiu en castellà i la resta, per tant, rep alguna classe en català. Només els estudiants de la universitat castellonenca i la UV reben la meitat de les classes o més en valencià amb una freqüència significativa, un 32,6% i un 34,8%.
L'estudi, dirigit per Rafa Castelló i Artur Aparici, revela que l'oferta de cursos en català “és curta” i la plantilla disposada a assumir aquesta docència “escassa”. A més, s'hi remarca la “freqüent ruptura del compromís” del professor amb el català, ja que asseguren que el 42,4% del personal docent es passa al castellà quan algun alumne ho demana i que només manté la llengua el 36,6%.
Els autors apunten possibles solucions a la situació. En aquest sentit, reclamen que el català puntuï en la carrera docent i que es perfilin més places en aquesta llengua. El seu objectiu és que d'aquí 25 anys les dues llengües estiguin en pla d'igualtat en l'ensenyament superior del País Valencià.
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Publicat en el diari Levante-EMV dissabte 19 de juny del 2010
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Un estudio impulsado por la AVL y las cinco universidades públicas revela
que sólo en la UV y la Jaume I un tercio de sus alumnos recibe la mitad de sus
clases en lengua propia El inglés triplica al valenciano en las publicaciones
científicas de los investigadores
La normalización de una lengua no sólo se mide por el número de hablantes. También importa su calidad y prestigio. Y en la Universidad, cuna del conocimiento y cantera de los líderes políticos, empresariales y cívicos del futuro, el valenciano todavía no ha alcanzado la normalización. Veintiséis años después de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, sólo el 1,8% de alumnos de las cinco universidades públicas valencianas estudia íntegramente en la lengua de Ausiàs March. En cambio, son el 54% los universitarios de la Comunitat Valenciana que reciben todas sus clases en castellano. Éste es el retrato lingüístico de las universidades públicas valencianas que arroja un ambicioso estudio presentado ayer y que ha sido elaborado por investigadores universitarios en colaboración con la Acadèmia Valenciana de la Llengua.
Extremos aparte, en sólo dos universidades hay una representación sensible de alumnos que recibe la mitad de clases o más en valenciano: la Universitat de València, con el 35% de estudiantes bilingües a partes iguales como mínimo, y la Jaume I de Castelló, con el 33%. El porcentaje de alumnos que recibe la mitad de sus estudios en valenciano no supera el 11% en la Politécnica de Valencia, el 5% en la de Alicante, y el 0,8% en la Miguel Hernández de Elx.
El informe constata que, en algunos casos, poco se ha avanzado. En materia de investigación, por ejemplo. El valenciano es la tercera lengua preferida por el personal docente investigador, por detrás del castellano y el inglés, para publicar sus trabajos. Sólo lo usa el 5%.
Pero la marginalidad del valenciano no sólo reside
en las aulas y los despachos de la torre de marfil. También preside la
cotidianidad de la cafetería, los pasillos y las secretarías. Sólo entre el 8 y
el 11% de la comunidad universitaria -alumnos, profesores, administrativos-
mantiene sus relaciones informales en valenciano. El monolingüismo en
castellano, en cambio, se mueve entre el 46 y el 53%.
El rosario de cifras
negativas (como que dos tercios de los docentes nunca han impartido una clase en
valenciano) es casi interminable. Pero la conclusión se resume pronto: "Ni el
estudiantado valencianohablante tiene garantizado su derecho a recibir la
docencia en su lengua, ni el profesorado dispuesto a impartirla disfruta de las
condiciones necesarias para hacerlo con normalidad".
Así lo aseguró ayer Artur Aparici, director del
equipo investigador. Además de la desigualdad territorial -en las universidades
alicantinas el idioma propio es residual-, otro eje clave del estudio revela que
"las políticas lingüísticas universitarias vigentes, más que en la
reglamentación y planificación, se basan en la gestión y el impulso de la
voluntad personal del profesorado para articular una oferta docente en
valenciano".
Objetivo: bilingüismo en
2035
Sin embargo, fiándolo todo al compromiso personal de un
puñado de militantes convencidos poco más se conseguirá. Con este modelo, admite
Aparici, "se ha llegado prácticamente al techo". Por ello, reclamó a las
universidades la puesta en marcha de "un plan de igualdad" de las dos lenguas
oficiales "para neutralizar la situación de subordinación que sufre actualmente
el valenciano".
El objetivo es alcanzar dentro de 25 años, en el 2035, un "bilingüismo simétrico". Para ello, se afirmó, las universidades tendrían que incorporar el valenciano como mérito en la carrera docente y, al mismo tiempo, catalogar el 50% de plazas docentes como puestos para profesores que dominen el valenciano.
En cuanto al uso de la lengua fuera del aula, los investigadores citan como ejemplo efectivo el iniciado por la Jaume I: que el valenciano sea requisito obligatorio para el personal administrativo y de servicios.
Todo ello aumentará la normalización del valenciano en las universidades y, colateralmente, prestigiará la lengua propia en la calle. Por delante hay 25 años -otros 25 años tras la Llei d'Ús- para conseguirlo.